miércoles, 11 de febrero de 2015

La mirada de Giaco

 
La mirada es, junto con el ojo que la produce, el elemento fundamental en toda cabeza que se precie. La mirada es la que hace la propia identidad y la que hace al mundo que identifica. Los ojos nos permiten ver, pero la mirada nos deja (valga la redundancia) "mirar", crear un constructo único e irrepetible de aquello que nos rodea, porque la mirada no sólo evoca la identidad del que mira si no también del que es mirado. Ninguna mirada es idéntica a otra.
 
Giacometti, como bien sabemos, cosechó sus mayores éxitos de mano de sus obras escultóricas, pero en la exposición que acoge actualmente la Fundación Canal (Mateo Inurria, 2, Madrid) también seremos testigos de su proceso creativo preliminar en el plano, es decir en el papel, el dibujo. Al respecto, nos dice Giacometti que es el dibujo lo que cuenta, porque a través de él, todo lo demás es posible. Sus palabras ilustran bastante bien la exposición, en donde los bocetos y algunas de sus esculturas más selectas se erigen intactos y silenciosos tras fríos cristales protectores y coronados por cálidas luces en medio de esas penumbras que caracterizan tan a menudo a las salas de exposición y museos. A través de los dibujos, podemos hacernos una idea del proceso creativo del artista y sus escarceos estéticos con las distintas corrientes artísticas tales como el naturalismo, el surrealismo o el cubismo.
 
La exposición se divide en secciones bien diferenciadas: cabeza, mirada, figuras de medio cuerpo, mujer, pareja y figuras en la lejanía. En cada una de ellas podremos apreciar dibujos y esculturas que mejor representan las concepciones artísticas y filosóficas del artista sobre el tema que les da título.
 
Destacan las esculturas: La pareja, Cabeza de hombre, Cabeza-cráneo y Hombre sentado. Entre los dibujos son de gran interés los retratos de Annete, su mujer y su autorretrato, así como los retratos de personalidades del mundo artístico y literario.

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